La Ropa, Tender la Intimidad Sol y Viento

(Tomado de El Colombiano)
Tender las fotos al sol, como la ropa (fragmento)
La fotógrafa Natalia Botero expone una serie de fotografías sobre la ropa que se extiende.


Por MÓNICA QUINTERO RESTREPO | Publicado el 10 de marzo de 2014
La moto puede ser un tendedero de ropa. También los árboles. El piso. Las calles. El capó del carro. El carro mismo. El puente puede ser un tendedero de ropa y una decoración para el puente, además.

Natalia Botero, la fotógrafa, encontró el tendedero de ropa en 2011. Estaba en San Andrés. Fue como ver una pintura. La ropa bien tendida, extendida como una paleta de color. También estaba la mujer, morena, que estaba colgando la ropa, que era una mujer llena de ganchos de colores, que era un gancho para los ganchos. Tomó la foto.

«Empecé a explorar porque no era solo la ropa tendida sino también lo que significaba que la gente tuviera que tender la ropa hacia el espacio público, hacia afuera de su casa. En el alambre de púa, en el cerco que limita con el vecino, en el balcón. Tendida a la vista de todos».

Natalia se fue encontrando más tendederos, hechos o improvisados en cualquier lugar donde el sol llegara, donde la ropa se secara. En la calle, que se vuelve un tendedero de ropa.

Hechos cotidianos
La primera mirada fue a la zona rural, que es donde están las familias grandes, donde las señoras lavan todos los días, hasta la ropa que no es de su casa.

«No es que en la ciudad no extiendan ropa, sino que se presenta de otra manera. La ciudad es una parte por explorar. En las zonas más densas, más populares, la encontrás tendida en la calle, en los tejados. En los apartamentos cambia. Tenés un espacio reducido, hay que conseguirse lavadora y secadora».

No es solo la ropa que se mueve por el aire y que se seca por el sol. Es lo que dice la blusa sobre esa señora, lo que dice ese pantalón sobre ese señor. En las medias está la personalidad del niño. En la chaqueta está el trabajo. Se puede construir un perfil de una persona, imaginarse una historia, solo por los calzones.

Es saber que detrás de un hecho cotidiano como lavar, hay un sentido, una tradición: separar la ropa por colores, por telas, por calidad, por jabones, por cariño.

La fotógrafa une su trabajo a su tema, el que ha estado con ella, hace tanto tiempo. Es fotógrafa de derechos humanos. Las fotografías de la ropa que se extiende están acompañadas por relatos, que empezó a construir a través de hechos de dolor. Se encontró que en las zonas de desplazamiento hay otros escenarios que muestran la vida presente desde las prendas que toman el sol.

«La ropa es el símbolo de representación del otro a parte de su propia foto y de su imagen. Es el recuerdo, es la memoria, es la evocación. Tiene muchos símbolos y significados. Es el cariño a una determinada prenda o a otra. La ropa es de los grandes afectos, de los grandes cuidados, de los grandes recuerdos».

El trabajo de Natalia no termina. La exploración sigue, incluso en un libro en el que ella pone las imágenes y Patricia Nieto, la periodista, los relatos.

Solo que 45 fotos que encontró en lugares como Santander, Barichara, Lima, Perú, el suroeste antioqueño, el oriente, Chocó, Nariño, Bogotá, Villa de Leiva, se cuelgan en la galería F8 FotoGallery como una exposición: La ropa, tender la intimidad al sol y al viento.

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